La lucha en contra de la Corrupción – Entrevista a Jorge Sahd – Universidad Católica Pontificia de Chile
La corrupción hoy en día es un fenómeno mundial, y prácticas que en el pasado eran toleradas hoy no lo son. Es tal el nivel de preocupación de la corrupción a nivel mundial, y en Latinoamérica, que hoy en día está entre las principales 5 preocupaciones. La corrupción va minando la confianza y va comprometiendo el desarrollo de los países. En esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de entrevistar al profesor Jorge Sahd, quien es es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y master en Políticas Públicas de la Universidad de Nueva York (NYU), por lo que a continuación dicha entrevista.
¿Como establecer una agenda de lucha contra la corrupción?
Es fundamental que sea una política de Estado que requiera un compromiso de alto nivel, desde el presidente hacia abajo, pero que tiene que tener un consenso transversal. La lucha contra la corrupción debe ser de todos los sectores políticos, de toda la clase política, sin importar el color.
Cuando el combate a la corrupción se toma como una bandera política o de lucha de un sector, esa agenda está destinada al fracaso, porque estos son esfuerzos de sociedad, de país, por lo tanto deben ser políticas de Estado que deben ir más allá del Gobierno de turno.
¿La lucha contra la7 corrupción es algo de derecha o izquierda?
Es natural que una sociedad se agrupe en función de distintas ideas o visión que tiene del país o de la sociedad que quiere.
Hoy en día existe una tendencia en la cual las personas mas que afiliarse a partidos políticos se agrupan por causas determinadas, mas que por la definición de un ideario político determinado.
El eje derecha izquierda tan marcado como lo conocíamos históricamente está cambiando, sin embargo existe una polarización. Esta polarización a nivel mundial, habla de una frustración de que el desarrollo post guerra cada vez es más difícil que alcance a todos, y por eso hay un mayor pesimismo respecto al futuro de la siguientes generaciones.
¿A quien le corresponde la lucha contra la corrupción?
Para que la lucha contra la corrupción avance o tenga éxito, requiere el concurso de distintos actores, siendo éstos el Gobierno, esto al más alto nivel, empezando por el Presidente; luego se necesita del Congreso, ya que muchas de estas medidas se traducen en leyes; y de una Sociedad Civil Organizada que junto con los medios de comunicación para incidir en la agenda pública y ejercer un monitoreo sobre las medidas que ejerzan mayor transparencia y mayor integridad.
La forma en que entendemos los gobiernos está cambiando, debe ser más abierta con mayor transparencia y con mayor participación ciudadana.
¿Qué opina de la paralización que pudiera llegar a producir esta lucha?
En materia de corrupción, hay un shock inicial, pero lo importante de dar esta batalla de buena forma es que luego es sentar las bases para que con posterioridad no haya un paso atrás, es decir que haya en efecto un cambio de paradigma en la sociedad y que las normas de transparencia e integridad pública pasa a ser una norma general y no una excepción.
Hay elemento esenciales para ello: a) es un esfuerzo de alto nivel político, b) la corrupción suele ser una agenda reactiva, a crisis políticas, a escándalos, y c) que los esfuerzos deben ser transversales, no limitado a un sector político.
¿Cómo generar unidad en la lucha en contra de la corrupción?
El rol que tienen los organismos internacionales es fundamental, por la experiencia que tienen en recomendaciones para otros páises. Ahora bien estas recomendaciones o intervenciones, son positivas pero deben ser temporales, deben ir destinadas a construir capacidades institucionales de los Estados, para que después puedan operar con su debida autonomía e independencia. Sin embargo el retiro debe ser gradual.
Por lo que la labor de estos organismos muy importante y debe estar en coordinación o dialogo con los actores locales internos, porque las reformas en contra de la corrupción son reformas que impactan el desarrollo de los países.
¿Cómo se genera el desarrollo en la lucha en contra de la corrupción?
Lo primero es construir capacidades en el Estado, generar una cultura de integridad pública, acompañada con un conjunto de leyes y medidas administrativas, de las cuales haya cumplimiento. Que estén cubiertos los dos frentes de la corrupción la parte preventiva y la parte castigadora.
Lo segundo es generar un nuevo marco de relacionamiento público privado en materias tan sensibles como concesiones o construcciones de infraestructura pública, las contrataciones con el Estado.
Y lo tercero es generar una sociedad Civil más organizada, más atenta con mayor control social.
¿Vale la pena esta lucha a largo plazo?
Lo primero es que no es bueno demonizar ni al sector público ni al sector privado, ya que para restablecer la confianza, yo no puedo demonizar toda la actividad que legítimamente se hace en un país y generalizar a partir de situaciones específicas.
Pero existe la tendencia mundial que la corrupción está cediendo, el mejor ejemplo es Oberdrecht, por lo tato empresas que estaban acostumbradas a generar negocios de una manera corrupta o ilegítima, eso cada vez va a ser menos posible; las empresas van a tener que adaptarse y tomar las medidas necesarias por muy doloroso que esto sea en el corto plazo.
¿Cuál es la tendencia mundial?
Existe un fenómeno global que se autogenera en cada país con sus propias características, la corrupción es una preocupación mundial sobre todos los países en desarrollo, por eso tiene una identificación tan clara en Latinoamérica.
Mirando hacia el futuro, vamos a tener una ponderación de la transparencia mucho más importante, una ciudadanía más organizada, más denunciante; y una forma de gobernar más compleja, porque la sociedad se ha complejizado y es más demandante. Por lo que el Estado debe modernizarse, en especial en la transparencia y lucha contra la corrupción.
Recomendaciones
La primera recomendación es la institucionalidad; todo el conjunto de medidas o leyes anti corrupción tienen que estar acompañadas de una institucionalidad fuerte; por ejemplo si se tiene una ley de transparencia pero no se tiene un Consejo de Transparencia (o el nombre que se le ponga), que persiga, que cumpla, que haga seguimiento; éstas son leyes que pasan a estar solo en el papel o a ser leyes “muertas” porque requieren de voluntad política para aplicarse; por eso dicha institucionalidad es tan importante, para no depender de la voluntad política.
Y la segunda recomendación es reaccionar adecuadamente a las crisis políticas, la cual se traduce en liderazgo político, transversalidad y una sociedad civil y medios de comunicación organizados; de esta forma las crisis políticas han sido aprovechadas en reformas permanentes que pueden ir cambiando la forma de ejercer el poder y que han disminuido los riesgos de corrupción.