¿CÓMO ELEGIR UNA BUENA JOYA?

Se tiene registrado que desde hace más de cien mil años de antigüedad en una cueva en África una mujer portaba un collar hecho de conchas con perforación como decoración

Desde el principio de los tiempos el hombre ha sentido la necesidad de embellecerse por medio de artículos como joyería no solo para verse bien, si no para pertenecer a cierto nivel socioeconómico. Es por eso que hoy en día hay muchas marcas, calidades y materiales que podemos usar como una pieza de “joyería

Francisco Aguilar
auguriorfebreria@gmail.com
Auguri Gt

Es importante considerar que el oro, el platino o la plata tienen un desgaste a la hora de utilizarse, eso quiere decir que hay que darle mantenimiento cada cierto tiempo. Al adquirir una pieza de buena calidad tenemos una inversión a largo plazo. 

Es una ventaja que tienen las buenas joyas, se pueden vender a mucho más valor del que se adquirieron, en cambio una pieza que no es de buena calidad, no vale nada más que su peso en el material según su valor en el mercado. 

Una buena joya puede estar hecha de plata, oro, platino, puede llevar piedras preciosas y semipreciosas, puede ser de una marca reconocida o puede ser hecha a la medida por un buen artesano. La calidad en una joya se mide por la pureza de los materiales y el peso de los mismos. 

En el caso del oro, que es el más comercial en el mundo, encontramos diferentes grados de pureza a la hora de fabricar una joya.

El oro se puede medir en porcentaje de pureza, se divide de la siguiente manera: 100% puro es 24 quilates, 91.7% son 22 quilates, 75% son 18 quilates, 58.5% son 14 quilates y 41.7% son 10k. 

Lo más llamativo podría ser el de 24 quilates, pero en joyería no es muy recomendable pues por no tener aleación resulta un metal muy suave y se deforma con mucha facilidad, por el otro extremo, el de 10 quilates es en proporción menos de la mitad de oro, por más atractivo que suene el precio, la calidad no es muy buena. Así que la mejor opción en color, durabilidad y precio es el oro de 18 quilates.

El oro puro es de color amarillo intenso, se ha podido modificar el color por medio de aplicarle diferentes metales. Los metales más utilizados para la aleación de oro son la plata y el cobre. Depende de la proporción que se le ponga así será el quilataje y el color. Por ejemplo, en el oro amarillo la cantidad de plata y de cobre es la misma, en el oro rosado tenemos más cobre que plata y en el oro verde más plata que cobre. 

Cada fabricante usa la aleación a la proporción que le convenga y con tal de que el color sea más llamativo pueden usar aleaciones no recomendables como el bronce. El color es más llamativo, pero el tipo de oxidación es mucho mayor, así que genera alergias y problemas casi inmediatos. Todo metal oxida, es normal que el oro a la hora de no usarlo o de no dejar de usarlo genere una mancha café y eso es el óxido de oro. Para removerlo es mejor llevarle la pieza a un experto.

La necesidad de utilizar un metal blanco de mayor calidad que la plata, generó una investigación para jugar con la alquimia y crear oro blanco, pues la mejor alternativa para un metal blanco es el platino, pero es más caro que el oro, así que se descubrió que con una aleación de níquel, plata y otros metales blancos, sirven para bajarle el tono amarillo.

El oro blanco de 24k no existe, tiene que ser de 22 quilates para abajo. A la hora de bajar la proporción del oro para volverlo blanco, no importa que quilataje tenga el metal, siempre va a quedar un tono amarillento y para eliminar este tono amarillo se le aplica por medio de electrolisis un baño de Rodio que es un metal altamente costo y muy blanco. 

Al ser una pequeña capa la que se le adhiere, se desgasta rápido y hay que estar dándole mantenimiento periódicamente. Es normal que uno vea diferente color o una tonalidad más amarilla en las partes que rozan con otra cosa que no sea la piel.

Hoy en día existen muchas imitaciones y todos parecen querer la misma pieza, yo estoy convencido y recomiendo que tener una pieza buena es mucho mejor que muchas de mala calidad. 

El cuidado y el mantenimiento de una buena pieza de joyería es muy fácil, basta con limpiarlas con jabón líquido en agua tibia y un cepillo de dientes, no importa si tiene piedras, esa mezcla solo favorece a las piezas. 

Siempre se tiene que tomar en cuenta que todas las piezas necesitan un servicio profesional después de cierto tiempo de uso, los metales y las piedras sufren presión por medio del uso diario y hay que darles mantenimiento para que así se logre prolongar la vida de la misma. 

Sé tú mismo y utiliza cada pieza como representante de tu esencia.


Francisco Aguilar
auguriorfebreria@gmail.com
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